Inspección inicial: Evaluamos el daño para determinar si es necesario sustituir la luna o si se puede reparar.

Elección del cristal: Utilizamos cristales originales o equivalentes de alta calidad que cumplen con los estándares del fabricante para garantizar un ajuste perfecto y durabilidad.

Sustitución profesional: Nuestros técnicos especializados realizan la sustitución con herramientas y técnicas avanzadas, asegurando un trabajo limpio y eficiente.

Verificación final: Tras la instalación, realizamos una revisión para asegurarnos de que todo esté en orden y que no haya filtraciones.

Seguridad: Un parabrisas dañado puede comprometer la integridad estructural de tu vehículo y afectar su rendimiento en caso de accidente. Además, una visibilidad reducida aumenta el riesgo de accidentes.

Cumplimiento legal: Conducir con un cristal roto o agrietado puede ser motivo de sanciones por parte de las autoridades. Asegúrate de que tu vehículo cumpla con las normativas vigentes.

Confort: Un cristal en mal estado puede generar ruidos molestos y filtraciones de aire o agua, afectando tu comodidad al conducir.